Un vuelo de pájaro
Por Andrea Pachón Forero
Me encantan las ciudades, pero después de un
tiempo siento que el concreto me asfixia. Podría salir al campo tirarme en el
verde pasto y mirar al cielo dejando mi mente en blanco, pero eso no era
divertido, necesitaba salir y buscar emoción al aire libre, muchas veces
decimos “quiero salir volando y alejarme de la rutina”, así que lo tome algo
literal y me arriesgue a montar en “Parapente”.
Parapentismo en Sopó Foto por Ignacio López |
Un deporte de alto impacto, sus lugares de practica son en sitios bastante
altos, uno de esos lugares los encontramos en sopo Cundinamarca, un pueblo
aledaño a Bogotá.
Cuando llegue a mi destino, me sentía nerviosa pero a la vez
tranquila eran emociones extrañas, me registre, me tomaron los datos y al cabo de
15 minutos ya podía estar disfrutando de un lindo paisaje, pero todo salió
diferente empezó a lloviznar esto hacia que los vientos soplaran aún más fuerte
así que cuando ya estaba lista para montar, suspendieron el vuelo por media
hora mientras cambiaba el clima, así que me senté y tomándome un canelazo me
puse a pensar; pasada la media hora me volvieron a llamar, colocándome el
equipo y asegurándome bien para el despegue, me presentaron el piloto que me
iba acompañar, Carlos Espitia es catalogado como uno de los mejores
parapentistas de Colombia, lleno de entusiasmo me amarro a su silla y en un
conteo hasta cinco sentí como mi adrenalina iba subiendo un poco asuntada
apreté las cuerdas, cerrando mis ojos camine hasta no sentir el piso, solo hoy
la voz de Carlos diciendo que me sentara, hay abrí los ojos y fue magnifico,
admirar un entorno especialmente apacible, rodeado de una vegetación exuberante
con unos relieves que suben hasta 2000 metros, y sembrado de templos
milenarios, con formaciones de rocas impresionantes y un gran rio que cruzaba
por en medio de dos rocas gigantes es extasiar las maravillas de nuestro
creador, el viento acariciando mi rostro con un profundo suspiro se me iba
olvidando los problemas, me sentía en un punto totalmente libertino, pasados 20
minutos volvimos al lugar de despegue con un aterrizaje perfecto sentí quitarme
un peso de encima, con una sonrisa en mi rostro que reflejaba un nuevo semblante,
devuelta para mi casa no podía dejar de pensar en lo emocionante que era ese
deporte.
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